El rescate de una paloma mensajera de Mallorca que se quedó en la Península
Todo llega a su fin. El pasado sábado 13 de abril, un camión palomero se llevó de regreso a Mallorca a la paloma que había entrado hace un mes en nuestra nave. El camión iba al puerto de Denia para tomar el barco a Mallorca. Para darles la paloma, nos encontramos en la salida de la autopista a Denia.
Aunque parezca estúpido, me había encariñado con la palomita. Todos los días la llevábamos de un lugar a otro en la nave para protegerla de nuestros gatos. Le compré vitaminas, comida especial, la tenía bien limpia. A veces la cogía entre mis manos para observarla más de cerca y apreciar su belleza. Increíble, aunque las suelten a cientos de kilómetros de su palomar, tienen un sexto sentido que las orienta en el regreso a sus casas. Cuando observamos estas características en la naturaleza o en los animales no humanos, nos damos cuenta que no estamos inventando nada nuevo, que todo existe ya de una forma u otra en la creación de Dios. Por ejemplo, el volar y toda su técnica, el misterioso detector o brújula que llevan para identificar la ubicación de regreso, sin importar cuán lejos estén de sus casas, y muchas otras técnicas que quizás estén todavía por descubrir. Nosotros lo que hacemos es ir investigando y descubriendo la tecnología del creado y aplicarla a nuestra vida cotidiana (para bien y para mal).
En esta foto-despedida se me ve con la paloma entregándola a la salida de la autopista. Me dio tristeza el despedirme de ella. Le comuniqué mis pensamientos y le deseé todo lo mejor. Le dije que si otra vez tuviese un problema en sus vuelos de regreso a Mallorca, que me busque y aquí tendrá casa y comida hasta que se recupere para continuar sus viajes o ver la forma de devolverla a su palomar. Le agradecí que entre millones de posibilidades, justamente eligió aterrizar en nuestra nave. Fue una experiencia especial. Me fascina tener este contacto y comunicación con estos seres vivos por los que siento un gran respeto y honor, por ser criaturas creadas por Dios, las cuales no me pertenecen, no soy dueño y a las que estoy llamado a cuidar y proteger como socio y colaborador de la maravillosa creación de Dios. “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” (Génesis 1;31)
Adiós palomita, Dios te ha bendecido, que vueles mucho y goces de ese placer de volar que los humanos no podemos experimentar como tú, si no es con la ayuda de la tecnología.
PD: Ya tenemos noticias desde Mallorca. Palomita y cuidador están estupendos, y nos agradecen los cuidados por Whatsapp.